Cortina del programa de radio Rapidísimo de Héctor Larrea
En la mañana fresca y temprana como una rosa
un duendecito frágil, chiquito, salió a pasear.
El lleva un sueño lindo y pequeño en un bolsillito
que cada día con alegría quiere estrenar.
Los transistores toman colores iluminados
porque dibujan una burbuja monopatín;
y rapidísimo, contentísimo, entusiasmado,
es el piloto de este alboroto y real al fin.
Nubes repletas de vagonetas y trovadores;
ilusionistas, magos, artistas, viajan también.
Son seres tiernos son los eternos componedores
de un mundo loco que piensa poco en portarse bien.
Si usted confía en que todavía conserva el niño
entre asombrado e ilusionado dentro de sí,
pierdase un rato en el garabato de esta aventura
diara mentira de una gran gira monopatín.
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