Introducción
Madre de los pobres, los humildes y sencillos,
de los tristes y los niños que confían siempre en Dios
Tú, la más pobre, porque nada ambicionaste,
tú, perseguida vas huyendo de Belén,
tú, que un pesebre ofreciste al Rey del cielo,
toda tu riqueza fue tenerle sólo a Él.
Tú, que en sus manos sin temor te abandonaste,
tú, que aceptaste ser la esclava del Señor,
vas entonando un poema de alegría:
«Canta, alma mía, porque Dios me engrandeció».
Tú, que has vivido el dolor y la pobreza,
tú, que has sufrido en la noche sin hogar,
tú, que eres madre de los pobres y olvidados,
eres el ejemplo del que quiere hoy luchar.
Aún no hay comentarios,
¡escribe el primero!Para hacer una pregunta o dejar un comentario sobre esta canción, debes estar LOGUEADO
Usamos cookies. Leer más