Quiso Dios
con su poder
jugar con fuego y rayos de sol
y hacer con ellos una mujer.
La esculpió
de junco y miel,
y de caricias hizo su piel
de isla y volcán su corazón.
Cuerpo de dunas cerca del mar,
alma de madre primeriza en placer.
La voz de la guitarra al cantar suspira sin querer.
¡Ay, Señor! ¡Dime quién es!
Mujer que vuelve loco al amor,
mujer de la cabeza a los pies.
¡Ay, Señor! ¡¿Quién serás tú?!
Dorada y reina en el interior,
¡roja y olé! por el norte y el sur.
¡Tierra del trigo!, ¡sierra de peñas!
Sueño contigo, y aunque no se con qué sueñas, se que quieres navegar.
Esa mirada
aventurera
guarda entre lluvias
de primavera
penas de estatua
que con lágrimas de cera
aprendió a llorar.
Y yo puedo ver
en cuanto te miro
pasar toda tu historia de mujer
tan solo en un suspiro.
¡Ay, Señor! ¡Dime quién es!
Mujer que vuelve loco al amor,
mujer de la cabeza a los pies.
¡Ay, Señor! ¡¿Quién serás tú?!
Dorada y reina en el interior,
¡roja y olé! por el norte y el sur.
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