Hace tres años y un día llegaba a Norteña
era solo uno más entre los extraños
Hoy dirías que he envejecido al menos diez años
Me dediqué por un tiempo a cantar en el puerto
canciones que había aprendido aquí mismo
Unas pocas hablaban del cielo y muchas del abismo
La conocí una mañana tras una guitarra
y brotó de sus labios aquella tonada
Como si fuera una maldición ya no pude olvidarla
Y podría volver
y podría decir
que las cosas van bien allá por Norteña
Y omitir que allí
una extraña mujer
me enseñó que no hay bien que por mal no venga
Y aunque yo preguntaba
ella siempre callaba
o decía no quieras saber de mi vida
no me hagas hablar
que si bebo es para olvidar
Desde ese día aquella melodía se aferra a mi alma
arrancarla resulta imposible
Pues resuena con la perfección de un recuerdo terrible
Y hoy cuando intento escribir nuevos versos de frente
me encuentro tan solo con desilusiones
Y ahora sé con certeza que no escribiré más canciones
Y podría volver
y podría decir
que las cosas van bien allá por Norteña
Y omitir que allí
una extraña mujer
me enseñó que no hay bien que por mal no venga
Y aunque yo preguntaba
ella siempre callaba
o decía no quieras saber de mi vida
no me hagas hablar
que si bebo es para olvidar
Y aunque yo preguntaba
ella siempre callaba
o decía no quieras saber de mi vida
no me hagas hablar
que si vivo es para olvidar
(Esta canción es más fácil de tocar si usas
capo en el tercer traste)
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