verso
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Todos tenemos creencias
grabadas en la cabeza.
Las ideas son poder
y lo que creo, se crea.
Son cadenas en la sien,
que nos atan a la manada,
                 
nadie ríe en la prisión
                            
de las almas domesticadas.
                                           
Quieren hacer sentir miedo para podernos robar,
                                            
primero, lo que queremos, después la libertad.
                                            
Y que seamos cobardes para podernos callar,
                                            
y que por siempre soñemos, para no despertar.
                    
Yo no creo ni en la religión
                    
de las verdades consumadas.
                    
Sólo creo en mi corazón
                    
y en la libertad de las miradas.
            
Ya no quiero permitir
                           
que mi cabeza siga colonizada.
                     
No soy libre y no soy yo,
                                   
si estoy lleno de creencias encarnadas.
                                            
Quieren hacer sentir miedo para podernos robar,
                                            
primero, lo que queremos, después la libertad.
                                            
Y que seamos cobardes para podernos callar,
                                            
y que por siempre soñemos, para no despertar.
Quieren hacer sentir miedo para podernos robar,
primero, lo que tenemos, después la libertad.
Y que seamos cobardes para podernos callar,
y que por siempre soñemos, para no despertar.
Oh-oh, oh-oh, oh-oh, oh-oh,
oh-oh, oh-oh, oh-oh.
Oh-oh, oh-oh, oh-oh, oh-oh,
oh-oh, oh-oh, oh-oh.
                    
Soy la voz de la calle,
                    
no tengo miedo a cantar.
Oh-oh, oh-oh, oh-oh, oh-oh,
oh-oh, oh-oh, oh-oh.
Oh-oh, oh-oh, oh-oh, oh-oh,
oh-oh, oh-oh, oh-oh.
                    
Soy la voz de la calle,
                    
nunca me van a callar.