Yo te pido si es que existes,
que me duelan sus dolores,
multiplicados por nueve...
Yo te pido si es que puedes,
que me quiebren sus fracturas,
y que me suba su fiebre...
Que me den sus malestares
su escayola, su jaqueca
el dolor de sus muñecas,
casi blancas casi solas,
su adicción a la tristeza
que me duele mas que nada,
yo te pido por la almohada
donde apoya su cabeza.
Que el mar,
entierre su miedo en mi
que no llore mas,
que no tenga que sufrir
que la soledad,
no me deje a mi dormir
y que el dolor de sus latidos
-
se mezcle con el mío.
Yo te pido si es que puedes,
que me duelan sus dolores,
multiplicados por nueve...
Para mi querida Mamina,
Porque eres ya parte del infinito, mi adorada Carmela.
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