Tanta quietud resolvió la ecuación.
Sin avisar ya no habrá erupción.
Todas las promesas
que habitaban otras mesas
las hicimos muy propensas
a caídas por sorpresa.
De todas las maneras,
las más bellas y certeras,
las pequeñas y las torpes, ayudaron.
Somos niebla de verano,
agua y viento, sin pasado.
Un suspiro, un ruido callado.
Para llegar otra vez, despegar.
Un suspiro, un ruido callado.
Es la brisa desnuda, vestida.
Tanta quietud resolvió la ecuación.
Aún no hay comentarios,
¡escribe el primero!Para hacer una pregunta o dejar un comentario sobre esta canción, debes estar LOGUEADO
Usamos cookies. Leer más