Dejame sosegar mi cobardía,
con la idea feliz de alzar el puño.
Y aunque peses el miedo por la fuerza
hallarás falsa plata y falso cuño.
Déjame mitigar mi insertidumbre
con el cuento del hombre y sus complejos.
Que el esbozo de tu risa y tu entresejo
llegará a mi humillación como una lumbre.
Déjame sentirme débil,
ya vencido,
déjame que me arrastre en servilismos.
Decapitada mi alma en los abismos
que de allí mismo he de volver erguido.
Déjame solo, pero no me dejes.
Deja que sufra, pero no me sufras.
Mira la hoguera cómo me devora
y aviva el fuego para que no cese.
Yo, con el mismo Satanás a cuestas
desde el infierno mismo hacia los astros.
He de volar sobre mi propia tumba
con la vida por diestras y siniestras.
Yo, arrancaré desde el mordaz pecado
la fe de un cristo,
el tesón de un árbol,
o perderá vigencia el mismo claustro
donde el mismísimo Dios sentó sus años.
Aún no hay comentarios,
¡escribe el primero!Para hacer una pregunta o dejar un comentario sobre esta canción, debes estar LOGUEADO
Usamos cookies. Leer más