La tierra y la semilla van diciendo que tú eres para mí.
Las nubes, los caminos lo confirman asustados, es así.
Puedo retorcerme la cabeza y ponerla del revés.
Soy fuerte, soy gigante, para mí no hay nada grande, ya lo ves.
Puedo escuchar el tiempo en ti.
Puedo poner nombre a los días junto a ti.
Las vísceras pequeñas las devoran con tan gran facilidad.
Lustrosas, plateadas las siente en la garganta palpitar.
El tuétano dulcísimo que vive en las palabras entra en ti.
Distancia y sordina, es la única cocina del decir.
Ya no he de comer, no he de respirar.
Ya no he de beber, no he de dormir.
Ya no he de comer, no he de respirar.
Ya no he de beber, no he de dormir.
Ya no he de comer, no he de respirar.
Ya no he de beber, no he de dormir, ni he de soñar.
Oigo tic-tac tic-tac tic-tac tic-tac
tic-tac tic-tac tic-tac.
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