No le envidio al cielo su belleza,
ni le pido al mundo que me dé riqueza,
vivo muy conforme en la pobreza,
mientras tenga el placer de tu presencia...
Si del calor del sol hoy me privaran,
yo prefiero tener el de tus brazos,
si la luz de la luna me quitaran,
me ilumina mejor la de tus ojos;
tú eres la bendición que mi alma espera,
la más grande ilusión de mis anhelos,
y muchas veces pienso en mi locura,
que si no hubiera Dios, mi Dios tú fueras.
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