Una pelícana
con su ala partida
se echó a volar
y se perdió en la tempestad
y fue hacia la tierra
donde habita el androide
y esta magra tierra
que es siempre la nada o la necesidad
no la dejó volver atrás
y nadie supuso,
que amaría
La calcomanía de todos sus días
se les quedó
y pronto tuvieron un gran amor
y procrearon varias aves androides
y en este espacio tan veloz
se busca vanamente toda la vida
y ya no hay esmeraldas
y es que al beber de una piel
comprendió que era androide
Miles de tormentas,
asolaron las comarcas.
y nos quedamos viendo,
en la ventana
de aquel amor que fue tan fuerte
Ave de Indochina
perdida en la niebla de alta mar
ya no te alejes de tu amor
aunque ya sepas
que él solo es
un androide
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