Tuve mi casa en tu sujetador y me hice un columpio con tu falda.
Le diste cuerda a mi corazón, lo cogiste en brazos lo bañaste en calma.
Tú siempre sacaste a mi ilusión de su coma profundo,
hoy voy a echarle arena a los relojes para estar más tiempo juntos.
Tus ojos son dos faros de mar y tus manos mi salida de emergencia
y esta canción es para explicar que yo te amaré hasta cuando no te entienda.
Traes tantas semillas en tu boca que al besarme nacen flores,
¿cómo explicar que no se hablar de mi sin pronunciar tu nombre?
Tú eres el otro sol, el que más hace falta,
tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua
y la felicidad es verte andar por casa,
todas esas arrugas que la risa hizo en tu cara.
Madre, siempre habrá, estemos donde estemos,
una gran línea recta entre tu cuerpo y mi cuerpo.
Dame la mano y escúchame: ven conmigo cuando estés desencontrada
que ahora me toca a mi devolver tus abrazos cuando el mar me dio la espalda.
Madre, me parezco tanto a ti que a veces cargas con mis miedos
y te siento tan parte de mi que toco el mundo con tus dedos.
Tú eres el otro sol, el que más hace falta,
tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua
y la felicidad es verte andar por casa,
todas esas arruga que la risa hizo en tu cara.
Madre, siempre habrá, estemos donde estemos,
una gran línea recta entre tu cuerpo y mi cuerpo.
Si tú te caes me rompo yo, de mis heridas sangras tú,
abrazame que luego uno se arrepiente.
A veces miro alrededor y veo que hay tan poca luz
que sólo quiero estar de vuelta hacia tu vientre
Tú eres el otro sol, el que más hace falta,
tú eres un salvavidas y a la vez eres el agua.
Agua...
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