Vistes de Luz, Junto a Jesús;
Eres hermosa como el día.
Tú sencillez, tu compresión;
Llenan mi alma de poesía.
Y aunque se ponga gris mi vida,
Sé que estarás en mi María.
Tú corazón, se dio al amor;
Aunque muy poco comprendieras.
Decir que sí, sin vacilar;
Hacerte sierva y darte entera.
En ti Él detiene su mirada,
En ti Él levanta su morada.
Eres de Dios debilidad,
Eres abrigo y libertad
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Quiero ser tuyo madre mía.
Llegar donde llegaste tú,
Decir a todos tu virtud,
Voy caminando de tu mano,
De tu mano María.
Sé que estarás, en mi misión;
De entregarme cada día.
Señalarás, con devoción;
Debes hacer lo que Él te diga.
Harás camino en mi camino,
Te llevaré siempre conmigo.
Tu elección, será el amor;
Que en el dolor tiene su prueba.
Y el gesto fiel, de aceptar;
Los hijos que Jesús de entrega.
De pie sigues junto al madero,
Dándole a todos su consuelo.
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