Cuando me llegue el instante de marcharme de esta vida,
cuando no tenga cabida recurrir a los demás,
y cuando sólo mis obras sean mi único equipaje,
por compañera de mi viaje te quiero en mi hora final.
/Madre de la buena muerte,
dulce madre del amor:
no me dejes a mi suerte
encomiéndame al Señor./(bis).
Cuando los míos comprendan
que anochece en mis sentidos
cuando no queden latidos
ni fuerza en el corazón
Cuando mi barca se acerque
a la mar del ancho cielo
espero de ti el consuelo
espero tu bendición
//Madre de la buena muerte...
No me dejes a mi suerte, encomíendame al Señor.
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