Se exhiben graciosamente y, en las portadas,
se jactan de sus mansiones y sus mujeres,
se muestran con tanto orgullo que me dan ganas
de hacerles saber que apestan sus pobres bienes,
no tienen ni puta idea acerca del mundo
que viven los desterrados hasta el olvido,
por eso me enferman tanto sus paraísos.
Yo nací en un arrabal azul, y soñé que era igual
a todos los que parieron el día aquel,
pero descubrí muy pronto que no era así
los cohetes y serpentinas no eran para mí.
Alertan sobre el avance de los ateos
y nos prometen la gloria eterna en los cielos.
La tierra es para que paguen con su mortaja
los hombres y las mujeres que la trabajan.
En un hospital de Quilmes muere otro anciano,
parece que se olvidaron del viejo hermano,
y le fracasaron todos los que lo usaron.
Yo nací en un arrabal azul...
Pretenden que ya no existe nuestra esperanza,
en tanto pesan los muertos en sus balanzas.
Es duro entender qué pasa en este presente
pero, compañeros, hay que apretar los dientes.
La vida florece en cada rayo de luna
que brilla frente a nosotros y no hay ninguna
razón para deprimirse, pinto otra cuna.
Yo nací en un arrabal azul y soñé que era igual
a todos los que parieron el día aquel,
pero descubrí muy pronto que no era así,
los cohetes y serpentinas no eran para mí.
Yo nací en un arrabal azul, y soñé
Y soñé, y soñé.
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