Son sus ojos de cielo, su piel de nácar,
rojo clavel sus labios, sus manos blancas,
es el Dios que viene en busca de mi amor,
y por eso yo le doy mi corazón.
El cielo está de fiesta y en las cabañas
se escucha el aleluya de la alabanza,
es la voz que lleva el viento hasta el portal
dando la bienvenida a la Navidad.
Vamos para cantar su grandeza, para mirar su belleza
en ese humilde portal;
vamos todos presentes a brindarle,
con devoción a adorarle, en esta noche de amor.
Aún no hay comentarios,
¡escribe el primero!Para hacer una pregunta o dejar un comentario sobre esta canción, debes estar LOGUEADO
Usamos cookies. Leer más