A las calles de la Aduana
donde creciendo aprendí,
a las Bóvedas, al Waston
al Guruyú, desde aquí,
mi recuerdo emocionado
por las horas que viví.
Al bodegón La Telita,
a Lito y a Rafael
semiduro y vino tinto
bajo el ojo de Gardel.
Al maestro Tito Cabano
privilegio que me honra
haber nocheado con él.
Al bodegón La Telita
puesto de fruta y verduras
donde a cantar empecé.
Mi ciudad se mete al agua
por las escolleras Sarandí
zumban lances de caña
y el aparejo de un chiquilín.
Pinta gente de mediomundo
de lengue lengue y de calderín,
de botella en las rocas
o encanutada en el maletín
de botella en las rocas
o encanutada en el maletín.
Del Guruyú
vienen los tambores
pa'l Guruyú
va mi corazón
Del Guruyú
de amor y dolores
canto el milongón
Cae la noche estrellada
en esta orilla de la ciudad
sopla un aire caliente
y en él se siente toda la mar.
Allá en el Bar El Hacha
el as de copas quiere brindar;
la penúltima y nos vamos
porque mañana hay que laburar.
la penúltima y nos vamos
porque mañana hay que laburar
Del Guruyú
vienen los tambores
pa'l Guruyú
va mi corazón
Del Guruyú
de amor y dolores
canto el milongón
Esta melancolía
que trae consigo la evocación
me pintó de colores
rioplatenses el milongón.
Para pescar recuerdos
encarno siempre con emoción;
llevate los que quieras
que aquí en el alma tengo un montón
llevate los que quieras
que aquí en el alma tengo un montón
Del Guruyú
vienen los tambores
pa'l Guruyú
va mi corazón
Del Guruyú
de amor y dolores
canto el milongón
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