Siento tu mano fría
correr despacio sobre mi piel
y tu pecho y mi pecho y tu desnudez.
Ya olvido reproches que imaginé.
Vente conmigo al huerto
que están las rosas
queriendo ver la promesa
que has roto para volver
y así creer lo que les conté.
Dije que te quería
como a nada en el mundo.
Que seguía tus pasos,
tu caminar como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penunbras
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.
Siento tu mano tibia
que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer;
en este nuevo día vuelvo a creer.
Vente conmigo al puerto
que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu mano grabada junto al timón.
Sabes que te quería
como a nada en el mundo
Que seguía tus pasos,
tu caminar como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penunbras
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.
Quiero abrazarte tanto
con mis sentidos, con tanto amor
que no haya más sonido que nuestra voz
mi cuerpo en el tuyo a continuación.
Y yo andaré la tierra
como un romero buscando a un dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.
Sabes que te quiero
como a nada en el mundo
Que seguía tus pasos,
tu caminar como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penunbras
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.
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