Te lo ruego carpintero, cuando construyas su casa
no pongas marco en su puerta, ni postigo en su ventana.
Pues quisiera entrar de noche, cuando la luna se agranda,
y contemplar sus cabellos, revueltos en la almohada
Carpintero, carpintero, si tienes manos de plata,
Tendrás un corazón de oro, y atenderá mi demanda.
Te lo ruego carpintero, cuando construyas su casa,
no pongas marco en su puerta, ni postigo en su ventana.
Carpintero, carpintero, si tienes manos de plata,
Tendrás un corazón de oro, y atenderá mi demanda.
Te lo ruego carpintero, cuando construyas su casa,
no pongas marco en su puerta, ni postigo en su ventana
Atiende tú mi ruego, Carpintero, carpintero.
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