Viejo caballo alazán,
que la vertiente de agüita clara
la verde grama y el trebolar
Pongan su aroma y frescor
en la caricia que desde el alma
quiere brindarte mi inspiración.
Imaginario morral
donde desgrana sus sentimientos y sus recuerdos el corazón
para decirte al cantar
que desandar yo quisiera el tiempo en tu trote lento
viejo alazán.
Gurí me veo con un canasto lleno de pan
allá en la zafra montado en pelo meta silbar
y aquel aroma de pan casero, monte y yerbal
me envuelve el alma al recordarte
viejo alazán.
Viejo caballo alazán
cuando te traje de la invernada,
qué lindo estabas echo un bagual
pero en el largo trajín,
el tiempo fue aflojando tus tabas
tu cielo azul se vistió de gris
después la muerte de un pial
vino a tumbarte allá en un potrero,
fiel compañero de aquella edad
cuando era todo cantar
y recorrer en tu trote lento restinga monte,
campo y yerbal.
Si tan arisco eras para el freno viejo alazán
cómo dejaste que te sorprenda el artero pial
una niñez que se fuera ancado en tu galopar
perdí el aroma de pan casero,
monte y yerbal. bis (ultimos dos versos)
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