La tarde arde,
sobre las terrazas;
sobre las sillas,
las mesas y los coches.
La tarde arde,
con sus ojos azules;
y las golondrinas
se alejan de aquí.
La tarde muerde
con sus dientes blancos;
y los lagartos son relojes de sol.
Piscinas vacías,
en las azoteas;
y helicópteros buscando mujeres desnudas.
Como dioses,
como dioses,
pequeños.
Como dioses,
como dioses,
jugando.
Como dioses;
como dioses.
La tarde cae,
con su estela de plata,
sobre ventanas de edificios sin alma.
Las flores duermen,
y el hielo se deshace;
los dioses vuelan en helicópteros pequeños.
Como dioses,
como dioses,
pequeños.
Como dioses,
como dioses,
jugando.
Como dioses;
como dioses.
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