Quise hacer una canción de panfleto
un soneto de la decepción,
pero un día me encontré tus pechos
en el lecho de la salvación.
Yo pensaba que el olvido
Se olvidaba de mi al recordar,
Pero por otra vez la memora
Me propuso por vuelta este vals.
Es un vals, es un vals o un lamento
Un momento en tu nombre mujer,
Es el tiempo de treinta caricias
Y los giros del atardecer
Y tus ojos de Viena y Hungría
De Galicia y mapuche en verdad,
Que verdades son las tonterías
Tus pestañas son mi tempestad.
Sarajevo, Sarajevo,
Que abatiste a su alteza imperial,
As que a la Servia toda le sirva
Y el cañón marque bien el compáz.
Que mi amada baila procelosa
En su ombligo la osa mayor,
En sus ingles van las seis Marías
Y después va la flecha de Orión.
Y mi nombre no es Eduardo
Que dominios no tuve jamás,
Pero ya he caminado las tierras
De tus muslos y del más allá.
No canté esta canción como lengua
Fue la boca de tu bacanal,
La que dio esta fuerte fortuna
Y la luna morena del mar.
Yo juré tus ardides secretos
En las nalgas del amanecer,
Y aquel faro en la isla de Lobos
Ya me dio la razón otra vez.
No es el faro ni es la isla
Son los lobos que atisban mi ardor,
Porque sobre mi cuello vencido
Tu famoso meñique gozó.
Una patria, no tengo una patria
Y patricio no pude nacer,
Pero tengo el país de tu espalda
Y mi rojo blasón a tus pies.
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