Era magnífico aquel tiempo, / qué hermoso era,
cuando estábamos unidos / perfectamente
al lugar y las personas / que habíamos elegido
antes de nacer.
Tu corazón es como una piedra cubierta de musgo,
nada la corrompe,
y tu cuerpo es columna de fuego que siempre arde
y hace que arda.
Y mis brazos se han rendido fácilmente
y tus huesos no sienten el dolor.
Los minerales de los que estamos compuestos / vuelven,
retornan al agua.
Sonido de campanas, / lejano, irresistible.
( ... )
El reclamo / que invita a la plegaria de la tarde.
Gentil es el espejo.
Miro y veo que mi alma tiene un rostro.
Te saludo, divinidad de mi tierra.
El reclamo me invita
Tu corazón es como una piedra cubierta de musgo,
nada la corrompe,
y tu cuerpo es columna de fuego que siempre arde
y hace que arda.
Sonido de campanas, / lejano, irresistible.
( ...)
El reclamo / que invita a la plegaria de la tarde.
( )
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