I
Nuestra señora de Itatí
de belleza incomparable
en tu mundo inigualable
todo es pureza y piedad.
En tus ojos hay bondad
en tu imagen hay dulzor
que iluminan tu esplendor
hacia la eternidad.
II
Hasta aquí llegué a implorar
que me impartas bendición
y de rodillas pedí
felicidad y perdón.
Una promesa ofrecí
y recé fervientemente
como un hijo creyente
de tu santa religión.
I
Oh Virgencita de Itatí
consuelo de peregrinos
que cruzando los caminos
van rezando sin cesar.
En los hogares humildes
o en el mas el más preciado altar
te veneran siempre igual
con la tierna devoción.
II
Hasta aquí llegue a implorar
que me impartas bendición
y de rodillas pedí felicidad y perdón.
Una promesa ofrecí
y recé fervientemente
como un hijo creyente
de tu santa religión.
Letra y música de Gregorio Molina - T. Cocomarola
Acordes por Alejandro Aristimuño
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