Baja la luz a la calle, no escondas algo
importante, no.
Llena la acera de bailes, de flores
bellas, de caras amables
y de pan,
dulce miel de trabajo y de avecrem,
de largos sueños, de realidad
que den sabor a la Libertad.
De brillo honesto, de claridad,
de simples gestos, de humildad,
de todos juntos, de compartir,
de darlo todo sin recibir.
Bájala tú a la calle, no escondas tu
rostro a nadie.
Baja tus humos, tu malhumor, tu
cansancio y tu rencor,
dale vida a esta canción, que el Espíritu
de Dios habite en ti.
Lleva la sal a la gente, no importa como
te encuentres, no.
Si no tienes sabor, mejor que calles,
que no hables a nadie sobre Dios,
su sabor, su dulzura y su pasión.
No hables en casa ni en la calle,
no digas nada en el salón.
Que ames siempre con gratitud,
Dios te dará una multitud
de cosas buenas sin molestar,
tu vida plena para luchar.
No escondas tu rostro a nadie,
recuerda es importante, sí.
Baja tus humos, tu malhumor, tu
cansancio y tu rencor,
dale vida a esta canción, que el Espíritu
de Dios habite en ti.
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