El mar sabe a sal
y no podrás tragarla jamás
el cielo tiene nubes
y no podrás tocarlas jamás
no bastan las constelaciones
que giran sobre mi al fin
no lances piedras al gobierno
y no hables del infierno aquí
aquí
Las luces se enredan a lo lejos
se encienden en invierno, libélulas
se incendian los reinos en el cielo
se queman hasta el suelo, por fin
no creo en ángeles guardianes
ni en dioses vigilantes en mi
no espero inviernos anormales
que indiquen las señales del fin
del fin
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