Señor Jesús, en tus atrios se recrea mi alma,
Señor Jesús, en tu presencia se alegra mi corazón;
Tú eres mi porción, mi herencia para siempre;
Tú eres el amor que vive y reina eternamente.
Oh, Verdad Eterna; oh, Amable Eternidad;
Tú eres mi Dios, y por ti suspiro día y noche.
No existe nada comparable a ti,
con luz de intensos rayos, azotaste mi vista, Señor;
cuando estaba lejos de ti,
y desde entonces, mi gozo tan solo eres Tú.
A ti Señor, que habitas en el cielo;
A ti levanto mis ojos,
y espero en ti, Señor;
pues quiero contemplar
tu gloria eternamente y tu Santa paz.
Señor Jesús, en tus atrios se recrea mi alma,
Señor Jesús, en tu presencia se alegra mi corazón;
Tú eres mi porción, mi herencia para siempre,
Tú eres el Amor que vive y reina eternamente.