Tengo un sueño recurrente
de una herida carmesí
que suplica por su espada
un vació sin suplir
Me gustas, me gustas, me gustas
y no lo puedo ocultar
Me sonrojo de repente
de lo que me haces pensar
Como un hierro incandescente
se grabo en mi corazón
este símbolo indecente
de mi anhelo encantador
Me gustas, me gustas, me gustas
una esclava es lo que soy
y ya no soy inocente
Te deseo, si, si, si
Yo no sé cuánto te quiero
pero te puedo decir
que te pienso todo el tiempo
y he llegado a concluir
Me gustas, me gustas, me gustas
y no miro a nadie más
Tal vez no sea suficiente
Pero es toda mi verdad
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