Josefina,
la más guapa y la más fina,
juguetona y saltarina.
Me duermes y me despiertas,
me rebosas, me rebasas,
Josefina qué pasote!
Hay que ver cómo te pasas!
Me adelantas, Josefina,
ya sea por la variante,
o por la raya continua.
Es un amor mercenario,
no me parece un marrón,
pagar por sentirte a diario,
comprarte en un callejón,
pagar por sentir tu amor,
pagar por sentir...
Y es que al lado de una chupada,
dejas la lengua doblada.
Te quiero para mí solo,
no con nadie compartida,
y mataré a salivazos
al de la napia torcida,
al maromo de las Rayban
que te vende en las esquinas.
Josefina, tía buena!
Josefina, eres divina!
Josefina, vaya polvo!
Polvo para gente fina...