Delgadina se paseaba
de la sala a la cocina,
con su vestido de seda
que su a su cuerpo le ilumina.
Levantate delgadina
ponte tus naguas de seda
porque nos vamos a misa
a la ciudad de Morelia
Cuando salieron de misa,
su papá le platicaba:
-Delgadina, hijita mía,
yo te quiero para dama
-No permita dios del cielo,
¡Ni la reina soberana!
Que es ofensa para Dios
y traicion para mi mama.
-Júntense los once criados,
Y encierren a Delgadina;
Remachen bien los candados
que no se oiga voz ladina.
-Papacito de mi vida,
tu castigo estoy sufriendo
regalame un vaso de agua
que de sed estoy muriendo
Cuando le llevaron la agua,
Delgadina estaba muerta,
tenia sus brazos cruzados
tenia su boquita abierta.
Ya con esta me despido
tengo una cita en la esquina
aqui se acaban cantando
versos de la delgadina.
lacuerda.net
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