Penacho de plumas, penacho de espuma
como de cerveza,
como rubia trenza que no cesa.
De subir, de subir a lo alto
hasta la azotea a mirar el cielo.
Donde vives ahora,
en una casa baja;
donde pasas las noches
en tu cama de escarcha.
Mándame en un sobre
tu sonrisa rota.
Rápido García.
Yo te la compongo.
Se reparan botas,
bolsos de cuero y alpargatas,
canastos de mimbre, diademas de borlas.
Que no hay nada más.
Que no hay nada más
mientras nuestros labios se quieran besar...
Que no hay nada más.
Que no hay nada más
mientras nuestros labios se quieran besar...
Que no hay nada más
mientras nuestras bocas se quieran besar.
Con nieve de nardo
yo te la remiendo.
Con tela del aspa
de un molino viejo.
Con polvo del brillo
de un trozo de espejo.
Con el rabo blanco
de un gato perplejo.
Que no hay nada más.
Que no hay nada más
mientras nuestros labios se quieran besar...
Que no hay nada más.
Que no hay nada más
mientras nuestros labios se quieran besar...
Que no hay nada más.
Que no hay nada más
mientras nuestros labios se quieran besar...
Que no hay nada más.
Que no hay nada más
mientras nuestras bocas se quieran besar.
Mándame en un sobre
tu sonrisa rota.
Yo te la compongo
que soy zapatero.
Que soy zapatero,
que soy zapatero remendón...
Que soy zapatero,
que soy zapatero remendón...
Que soy zapatero,
que soy zapatero remendón.
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