Cejilla en el 3º traste.
Yo, que quise hacerte una casa
desde el primer día que miré tu cara;
yo, que hice agujeros en todas las paredes
para que entrara el sol y te viese sonreír cada mañana.
Yo, que planté flores por todos los suelos
sin importar si era tierra de ayer,
que pensé que crecerían
con el amor que yo te daría.
Yo, que yo no soy arquitecto,
no sé nada de hacer los cimientos
y tu casa se me hundió.
Una mañana, el uno de enero
de un año que yo creía nuevo,
elegí el camino más corto
y ahora estamos mucho más lejos.
Y lo mejor de toda esta historia,
lo mejor es que yo a ti te quiero,
y el amor con el que yo te quiero
no lo tira ni el frío ni el viento.
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