Ya no te comparo
ni comparo tu cuerpo
con la imagen más bella
o el modelo del sueño.
Ya no puedo amarte por comparación
ya no puedo amarte por comparación.
Ya no te comento
con elogios atentos
y palabras que brotan
como formas sonoras.
Sutiles corolas de un jardín verbal
suaves amapolas para paladear.
Te canto aquí y ahora
una música fuego
celebrada en tus senos
y quemada en mi voz.
Con mi leña en tu fogón
calentándonos los dos
con mi leña en tu fogón
con tu beso en mi canción.
Ya no te comparo
porque es innecesario
a pesar de que asomas
a todo lo demás.
Y donde hay belleza se te encontrará
y donde hay belleza yo te sé encontrar.
Te canto...
con mi leña...
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