En una casa azul llena de gente
Por una esquina la vi aparecer,
Tenía las dos piernas y un pendiente
La mano de Picasso y un corsé.
Me habló de la rutina y sus vertientes
Del sueño de una herida en libertad.
Reímos enseñándonos los dientes,
Lloramos bajo el sol de Coyoacán.
Y me invitó a bailar
Dentro de un mundo bidimensional.
Y me enseñó a volar
Sobre la superficie del nopal.
Viva la vida,
Me dijo cuando ya se despedía.
Viva la vida,
Y me ofreció rodajas de Sandía.
Viva la vida,
Me dijo cuando ya se despedía.
Viva la vida,
Me dijo que ella se llamaba Frida.
Llevaba el corazón dentro de un lienzo,
Un par de espejos, copas de mezcal.
No sé qué cosas dijo de un tal Diego,
Algo sobre lo sobrenatural.
Y me invitó a bailar
Dentro de un mundo bidimensional.
Y me enseñó a volar
Sobre la superficie del nopal.
Viva la vida,
Me dijo cuando ya se despedía.
Viva la vida,
Y me ofreció rodajas de Sandía.
Viva la vida,
Me dijo cuando ya se despedía.
Viva la vida,
Me dijo que ella se llamaba Frida.
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