ESTRELLA DEL ALBA del paterno día,
   
que el sol de la Patria miraste nacer,
nuestra voz te aclama «Capitana y Guía»,
   
como fuiste un día, de los Treinta y Tres.
En los torvos ojos de la tribu huraña,
  
tus ojos pusieron luz de amanecer;
 
y en sus fieros labios, que crispa la saña,
   
puso sus blanduras tu nombre de miel.
Fuiste toda nuestra, Virgen campesina,
  
flor de nuestra tierra, como el macachí;
 
se doraba el trigo bajo tu hornacina
   
e iban los corderos balando hacia ti.
Tuya fue la gloria de la audaz Cruzada,
  
se inclinó a tus plantas su invicto pendón;
 
los héroes juraron, bajo tu mirada,
   
la carta sagrada de emancipación.
Porque nunca fuiste sierva del pecado
  
y tus libres manos no esclavizó el mal,
 
por eso te hicimos, Virgen del Pintado,
   
el signo inviolado de la libertad.