Por trajinar en el cerro,
yo soy arribeño y medio bagual.
Ando borrando caminos,
soy puma ladino que no han de encontrar.
Buscan mi rastro los hombres,
y el monte me esconde soy sombra nomás.
Arriando un hato de ovejas,
derrama mi quena un viejo sentir.
Y en su quejido yacente,
se le hace a la gente que llora un crespín.
Y si la escucha mi chola,
yo se que ella llora por verme venir.
Voy a llorar la vidala,
le mingo a la tierra para acompañar.
Caja, pellejo de cabra,
parida en las abras de atrás del mollar.
Y vos de sacha-maneras,
para los que quieran sentirme cantar.
Tengo un quinchao al poniente,
un catre caliente para compartir.
Y un par de mulas lunancas,
por si que a las ancas no quieras subir.
Capaz que abajo del poncho,
vidita te escondo si dices que sí.
Soy nubarrón de tormenta,
si el vino me alienta en vez de pelear.
Golpeo el bombo sin asco,
tropel de guanacos los parches me dan.
Y me apaciguan el diablo,
que me anda rondando si salgo a tomar.
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