habìa un espejo manchado
con amarillos del tiempo
y unas cortinas chillonas
del màs barato cretona.
Y una bombilla desnuda
en un cuarto desconchado
y un catre desvencijado
que chirriaba lastimoso
lentamente o presuroso
segun fuera nuestro gozo.
Y sobre una mesa coja
unos libros apiñados
que quedaban olvidados
hasta bien entrado el curso
y en un lugar preferente
desde aquel portarretratos
estabas tù todo el rato
con un flequillo en la frente
sonriendo con recato
como quien dice presente, sì
como quien dice presente.
Que edad tenìamos entonces
porque diablo hemos cambiado
afuera pasaba el tiempo
y si llovìa o hacìa viento
nos tenìa sin gran cuidado
pues vivìamos el momento
aquel secreto momento
para amar y ser amado.
(la segunda parte lleva los mismos acordes)
Y en la pared solitario
un calendario atrasado
con un mayo trasnochado
cuando ya corrìa noviembre
y colgado en una esquina
con querubines alados
habìa un santito fisgòn
que nos miraba apenado
o francamente enojado
cuando hacìamos el amor, sì;
cuando hacìamos el amor.
Que edad tenìamos entonces.....
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