A martillazos la noche
sedienta de rabia
camino por callejones
que me dan las gracias
Prestado dejo colores
que pinten la alegría.
Apatía del llanto que mima la calma del
sentirnos algo si somos la nada
de saciar el cuento pegado a tu almohada
de retales de plumas de aves marcadas.
A todo aquello que somos
cuando todo falla
maldigo lo que fue oro
en manos de escarcha.
Prestados dejo a otros
que pinten la nada.
Apatía del llanto que mima mi sino del plumaje que colma el vaso vacío
de quererte callado sin hacer ni un ruido mirarte
y pensar que esto nunca ha existido.
Prestados dejo colores que pinten la alegría
Prestados dejo a otros que pinten la nada.
Que a la cara te hablarán los que supieron no hablar
y a silencios gritarán los que supieron callar