En páramos radiantes de luz incandescente bailaré contigo
desnuda como encina en medio del invierno de tu piel
mientras mis pies se enreden en campos yermos de oscura plata
yo me mezclaré con el nacer del alba y con mis ganas de morder.
Tal vez pueda decir que la noche fue nuestra
Y yo fui parte de ti.
Y condenamos al tiempo a un eterno destierro
De mañanas de celos y de lluvias de abril.
Luego ardiste por mí al hada blanca del vuelo
Y teñiste la noche con tus plumas de invierno
Mientras yo te velaba para que a la mañana no quisieras morir.
Cuando te revistas de un manto eterno
Seré parte de ti
De la nostalgia de tu luz incandescente
De las noches claras de abrazos negros,
De tus ganas de morir.
Para darle azul al día y anudarte en mi recuerdo.
Cuando te revistas de un manto eterno
Seré parte de ti
De la nostalgia de tu luz incandescente
De las noches claras de abrazos negros,
De tus ganas de morir.
Para darle azul al día y anudarte en mi recuerdo.
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