Niño coyuyito campesino que te animas a volar
Vas desandando el camino llevas majadas al rio
Bebederos de los pobres que se aferran a su paz.
Eres sol en las siestas amarillas
Cabalgadas por tropillas, de pobreza y soledad
Eres luna en las noches estrelladas
Que iluminan tu mirada y te dan la libertad.
Y llevas en tus ojitos marcados rasgos de indio
Y tus piecitos curtidos de tanta tierra y de sal
Y florecidas leyendas en los versos de un abuelo
Aquel que forjo este suelo para que puedas soñar.
Niño hermosa flor de la tarde
Donde crecen los jumiales y el sol te invita a soñar
Bajo el cielo con pelotita de trapo
Que antes de rodar al patio tu madre va a remendar.
Eres fuego que ilumina mis entrañas
Con chamizas encantadas De tu infancia en hermandad
eres vuelo de pájaros agitados
Cuando te veo jugando sin pensar en nada más.
Y llevas en tu mirada la inocencia no robada
Cuando cuentas las hazañas de otro día que se va
Y te arropas con el abrigo de un cuento
que tu madre ha de contarte para que duermas en paz,
Para que duermas en paz
Para que duermas en paz...
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