El monte esta ardiendo
se quema la tierra
la vida se apaga tristezas eternas
el árbol que sufre
sus brazos se secan.
Mirada hacia el cielo
buscando una huella
que alivia el destino
para su madera
y en las esperanzas
se teje una espera.
Se queman las tardes
agreste de sueños
las aves que vuelan
buscando otro suelo
ayudalo siempre
aguita del cielo.
Las tardes se encienden
en brazas que quedan
agitando al viento
que aturde en la siesta
y en los socavones
los diablos de fiesta.
Bailando en los fuegos
zapatean la tierra
mientras las raices
al suelo se aferran
y en las esperanzas
se teje una espera.
De luchas en vanas
manos lugareñas
que a trapos y palas
con fuerza se empeñan
en darle a mi monte
el verde que espera.
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