Solamente una vez, amé en la vida,
solamente una vez, y nadamás,
una vez nadamás en mi huerto, brilló la esperanza,
la esperanza que alumbra el camino de mi soledad;
una vez nadamás se entrega el alma,
con la dulce y total, renunciación,
y cuando ese milagro realiza el prodigio de amarse,
hay campanas de fiesta que cantan en el corazón.
Aún no hay comentarios,
¡escribe el primero!Para hacer una pregunta o dejar un comentario sobre esta canción, debes estar LOGUEADO
Usamos cookies. Leer más