¿ Cuántas estrellas caben en el cielo?
¿Cuántos peces caben en el mar?
¿Cuántos cuentos cuentan nuestra historia?
¿Cuántos finales hay por inventar?
Si tú quieres hoy te cuento un cuento
en el que no hay ni princesa ni dragón.
Al pobre lobo le han mordido el rabo,
Caperucita se ha dado a la traición.
Como Cenicienta, te esfumaste para las doce
y me cayeron calabazas cuando yo
te empecé a cantar.
Deja que te suba al cielo
que sólo estemos tú y yo
déjame solo un momento para robar tu corazón.
Sin ti mis notas suenan tristes,
contigo echan a volar,
y se posan en mi guitarra
que había dejado de sonar.