La Yegua Blanca, con el éxito que ha tenido Caballo Viejo,
algunas señoras me han dicho: Simón, ¿Y pa´ nosotras que? ¿No nos
vas a tirar algo? Componnos algo Simón, todo pa los tuyos y
pa´nosotras na
Bueno, y entonces me decidí a componer una canción donde alertaba a
las señoras en que no descuidaran su apariencia, su porte, su vestir,
su peinado, etc. para que él no fuera a coger sabana por ahí.
Este es el cuento de La Yegua Blanca, aunque yo siempre he dicho
que Caballo viejo es unisex.
Intro:
Una yegua blanca que pasó
con rumbo a los morichales
llevaba en la frente un corazón partido.
Una mitad la de su pecho herido,
la otra mitad la de su amor perdido
era la soledad que la mataba,
era la soledad que la mataba.
En la sabana son muchos los caminos,
pero uno siempre te lleva a tu destino
cuando se cierren los falsos del potrero
una puerta de golpe es el sendero.
Una yegua blanca que pasó
con rumbo a los comederos
con la crin cansada y una soga a rastras.
Era la crin la de los años idos
y aquella soga que por aquel camino
le borraba la huella que su dolor dejaba,
le borraba la huella que dejaba.
La vida tiene arrestos juveniles
aunque se tenga un vendaval de abriles
en la mujer galopa la ilusión
si se tiene contento el corazón.
Una yegua blanca que pasó
con rumbo a los morichales
llevaba en la frente un corazón partido.
Una mitad la de su pecho herido,
la otra mitad la de su amor perdido
era la soledad que la mataba,
era la soledad que la mataba.
En la sabana son muchos los caminos,
pero uno siempre te lleva a tu destino
cuando se cierren los falsos del potrero
una puerta de golpe es el sendero.
Una yegua blanca que pasó
con rumbo a los comederos
con la crin cansada y una soga a rastras.
Era la crin la de los años idos
y aquella soga que por aquel camino
le borraba la huella que su dolor dejaba,
le borraba la huella que dejaba.
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